“Chicos, hoy vamos a analizar los recursos estilísticos de la última canción de Shakira”. Con este mensaje han podido en estos últimos días comenzar sus clases de lengua y literatura miles de estudiantes de nuestra geografía.
No es para menos: el impacto del polémico debate que ha generado en redes sociales y todo tipo de tertulias el no menos controvertido tema de la cantante colombiana con Bizarrap, con millones de descargas y visualizaciones en muy poco tiempo, ha conllevado que la comunidad docente aproveche sus posibilidades temáticas y estilística para motivar al alumnado tras el descanso navideño: Shakira entra en clase.
Precisamente en Twitter, tras ser interferido por mi colega profesor universitario Manuel Fernández Navas para sopesar el interés didáctico que pudiera tener la canción para el aula de Lengua, se generó un intenso debate en el que participaron conocedores de la materia como Rosa Linares, Toni Solano o Nando López, entre otros. La principal conclusión que saco de las intervenciones, algunas cargadas de cierto tono de disputa, es que no nos ponemos de acuerdo en la valoración sobre si el tema de Shakira, por su trasfondo estético y sobre todo, por el tono altamente crispado del afilado dardo de su letra (recordemos que, al fin y al cabo, se trata de un ataque verbal y artístico a su expareja, Gerard Piqué) es apropiado o no para una clase de la educación obligatoria o incluso Bachillerato.
Para no desviarnos hacia aristas que me llevarían a otros derroteros, voy a centrarme en el terreno exclusivamente didáctico, con el fin de indagar en la pertinencia o no de la utilización de la letra del tema como recurso para nuestras clases. Por un lado, es fácil deducir que aquellos docentes que valoran la necesidad de una revisión profunda de los métodos tradicionales de acercamiento al mundo de arte son los menos reacios a introducir este tipo de cuestiones como elemento de motivación del alumnado, y como estrategia, por lo tanto, dentro de las llamadas metodologías activas. Si partimos de esta letra, por su actualidad y enorme impacto en medios audiovisuales y redes sociales, nuestras posibilidades de entroncar con los intereses previos del alumnado van a ser mayores: la canción de la cantautora de Barranquilla ha sido tema de conversación en multitud de puntos del planeta. Nuestra labor a la hora de trabajar la educación literaria es, al fin y al cabo, ampliar los horizontes del conocimiento estético de la población escolar a partir de textos —si es necesario— cercanos a los estudiantes por cualquier cuestión, a través de distintos soportes y con todos los elementos paraliterarios que estén a nuestro alcance.
Por mucho que nos afanemos en lo contrario, alejar en la escuela a los jóvenes de los grandes hitos culturales o sociales —por muy discutible que sea su trascendencia estética— es imposible. Por ello, usar un tema musical como el de Shakira como elemento de partida para trabajar, por ejemplo, sus referencias literarias, el impacto de su lenguaje o sus resonancias incluso cinematográficas, puede hacernos avanzar hacia una formación literaria muy compleja de adquirir en una era convulsa y plagada de cambios frenéticos, sí, pero que en sus cimientos no se diferencia tanto de aquellas producciones artísticas del pasado en donde las letras se plagaban también de crítica punzante, despecho, desamor o sátira, entre otros entresijos sociales y emocionales. Y no solamente me refiero a las famosas letrillas del poeta Luis de Góngora.
Para adentrarnos en esta cuestión, es interesante rescatar referentes universales en nuestras clases, si queremos bucear en modelos consagrados para que nuestros estudiantes le encuentren sentido a su presente: así, podemos viajar con ellos a determinados cancioneros medievales, que recogían, por ejemplo las cantigas de escarnio o maldecir, con dosis de obscenidad y de sentido profano, que también se expandieron en otras influencias por la lírica trovadoresca con ataques verbales plagados de injurias y sentencias artísticas altamente controvertidas.
Si queremos, en cambio, detenernos en sus aspectos temáticos, podemos proyectar el sentido de la canción de Shakira hacia el motivo del desdén de la amada renacentista que vemos en poetas como Petrarca o Garcilaso de la Vega. Pero, si pretendemos ser precisos y adulir a referentes femeninos del despecho amoroso en la literatura occidental, no tenemos más que irnos a la Eneida (Virgilio), una de las grandes epopeyas de la antigüedad grecolatina; concretamente, a su Canto IV, en el que la reina Dido, antes de suicidarse, lanza improperios y maldiciones a Eneas, que la deja abandonada de forma arrepentida tras un largo idilio, en uno de los momentos cumbre de la obra.
Puedo entender que desde una defensa férrea del enfoque historicista en la enseñanza de literatura no parezca apropiado realizar ejercicios de intertextualidad entre lo que ha hecho Shakira junto al rapero Bizarrap y el sentido del que Virgilio quiso dotar a su obra, o incluso si nos vamos a otros referentes del despecho o el abandono amoroso en la antigüedad: podemos mencionar a diferentes figuras femeninas, desde la bruja Circe en la Odisea de Homero, hasta la inmortal Ofelia en la tragedia Hamlet, de Shakespeare, pero siempre consideraremos el ejercicio estilístico de Shakira como completamente impropio del dominio del discurso que demostraron los clásicos en sus grandes creaciones.
Sin embargo, habrá que detenerse en el carácter experiencial de las generaciones que nos ha tocado educar, así como en la vivencia del arte como instrumento social que no puede extraerse de la cotidianeidad. Si, en ese contexto, un análisis concienzudo de la letra de esta tema puede ayudarnos a hacer encajar las expectativas y gustos de los escolares con los objetivos de nuestra materia, bienvenido sea poner el dardo en la susodicha canción.
Estoy de acuerdo con tus planteamientos. Hay que estar al día en todo aquello que pueda motivar al alumnado para los docentes puedan sacar el mejor partido posible para alcanzar los objetivos
Estoy de acuerdo, es un potente punto de partida. Punto de partida para hablar de Dante y su Divina Comedia, Shakespeare, cómo mencionaste y tantos otros.
Desde el punto de vista creativo, como gestionar el enojo, y otros tantos etc.